Cada día, miles de personas -personas como usted- prestan una atención compasiva a quienes la necesitan. Nuestra red de generosos donantes, voluntarios y empleados comparte la misión de prevenir y aliviar el sufrimiento, aquí y en todo el mundo.
Nos arremangamos y donamos tiempo, dinero y sangre. Aprendemos o enseñamos técnicas que salvan vidas para que nuestras comunidades estén mejor preparadas cuando surja la necesidad. Lo hacemos todos los días porque la Cruz Roja es necesaria, todos los días.