A Colombia se la suele llamar "tierra de extremos". Alberga imponentes volcanes y montañas nevadas, playas tropicales, desiertos y vastas praderas, lo que la convierte en uno de los países con mayor diversidad biológica de la Tierra.
En medio de la belleza natural de Colombia, existe un entorno delicado que exige nuestro compromiso consciente de preservación: el ecosistema del páramo.
Este verano, mi pareja y yo pasamos seis días de excursión por los Andes colombianos con Páramo Trek, una empresa local de senderismo. Durante esos seis días exploramos el páramo colombiano, aprendimos sobre su función ecológica vital y su necesidad de conservación y, en definitiva, por qué es importante apoyar a las empresas locales de senderismo que practican un turismo ético y sostenible.
El ecosistema del Páramo
El ecosistema del páramo se encuentra en tres países sudamericanos, y más del 60% de él se encuentra en Colombia. Esta región andina de gran altitud ocupa la zona de transición entre el límite arbóreo y la línea de nieves perpetuas.
Caracterizado por una vegetación distinta, cambios climáticos drásticos y funciones ecológicas esenciales, el páramo atrae a aventureros que buscan un encuentro único con los extremos de la naturaleza.
Durante nuestra aventura de seis días en los Andes, nos aventuramos por selvas tropicales, ascendimos montañas y cruzamos valles en nuestro camino hacia el corazón del páramo. Nuestro viaje estuvo lleno de contrastes, desde los cantos de los alegres pájaros de la selva tropical hasta el aire enrarecido y las espeluznantes brumas de los paisajes de gran altitud.
Al llegar al páramo tras días de ascenso, nos encontramos con una increíble transformación medioambiental. El exuberante verdor del bosque dio paso a vastas extensiones de pastos y arbustos bajos, y el suelo bajo nuestros pies se convirtió en una esponjosa alfombra de hierbas y plantas cojín resistentes que se han adaptado a prosperar en las condiciones extremas de los páramos. Las ondulantes colinas, montañas y valles del paisaje se extendían ante nosotros.
Parches de colores vibrantes salpicaban el páramo: frailejones amarillos brillantes, quizá el símbolo más emblemático de los páramos, se erguían altos y orgullosos en una congregación.
Sus hojas peludas brillaban con gotas de rocío al captar la luz del sol que se filtraba a través de la niebla siempre presente.
El aire era fino y fresco, lo que nos recordaba la altitud. A veces, la niebla cubría el paisaje con una suave cortina blanca, dando al páramo un aspecto místico. Pero tan rápido como la niebla iba y venía, también lo hacían las tormentas. No fue raro que durante nuestro viaje azotara un fuerte viento que convertía la niebla en una lluvia torrencial. La temperatura bajaba varios grados a los pocos minutos de la tormenta, lo que nos obligaba a movernos para mantenernos calientes.
La belleza natural del ecosistema, unida a la imprevisibilidad y dureza de su clima, refleja la verdadera esencia del páramo colombiano.
Un ecosistema frágil que necesita preservación
La importancia del páramo va mucho más allá de su belleza paisajística. Alberga más de 3.000 especies de plantas diferentes, de las cuales el 86% son endémicas del ecosistema y no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. Los frailejones, en particular, actúan como reguladores del agua. Las hojas de la planta captan la humedad de las nubes bajas y la niebla, que se canaliza hacia su base.
Esta agua repone las aguas subterráneas y ayuda a los ríos aguas abajo, garantizando en última instancia que millones de personas de toda Colombia dispongan de agua.
Estas plantas también evitan la erosión del suelo, estabilizan el paisaje y crean microhábitats para diversas especies.
Además de regular el agua, los páramos son potentes sumideros de carbono. Debido a la densa vegetación y a las turberas de los páramos, el ecosistema captura y almacena cantidades significativas de dióxido de carbono y desempeña un papel vital en la mitigación del cambio climático mediante el secuestro de carbono de la atmósfera. El páramo también es un punto caliente de biodiversidad. A pesar de sus difíciles condiciones, alberga innumerables especies que han evolucionado para prosperar allí.
Como turistas y excursionistas de paso, aún podemos desempeñar un pequeño papel para garantizar que nuestra visita no afecte negativamente al ecosistema. Adoptando algunas prácticas sencillas pero eficaces, podemos contribuir al bienestar del delicado entorno del páramo.
Recreo responsable como excursionista internacional
Apoyo a las empresas y negocios locales de senderismo
Optar por hacer senderismo con una empresa local colombiana resultó en una experiencia más auténtica. Nuestros guías, Felipe y Cristian, conocían perfectamente el terreno y nos ofrecieron no sólo información sobre el medio ambiente, sino también sobre el tapiz cultural de la región.
El profundo conocimiento de las complejidades del páramo por parte de nuestros guías y su capacidad para entrelazar relatos ecológicos y culturales añadieron profundidad a nuestra experiencia.
La oportunidad de observar el día a día de quienes viven alrededor y entre las montañas fue otra forma de relacionarnos con las comunidades locales colombianas durante nuestro viaje. Durante los seis días que pasamos en los Andes, nos alojamos en casas de familias locales llamadas "fincas". Las fincas son pequeñas casas en medio de las montañas, donde viven y trabajan familias colombianas.
Estas familias, que dependen de la curiosidad de excursionistas y turistas esperanzados para subsistir en las montañas, ofrecen comida caliente, cobijo y duchas a quienes pasan por allí.
Al echar un pequeño vistazo a su vida cotidiana a lo largo de nuestra caminata, vimos una vida íntimamente entrelazada con el accidentado terreno.
Optar por empresas de senderismo, alojamientos y negocios locales fomenta el desarrollo sostenible de la región. Esta elección contribuye directamente al bienestar económico de las comunidades locales y fomenta su gestión del ecosistema.
Senderismo responsable
Seguir los senderos designados y evitar pisotear la frágil vegetación ayuda a prevenir la erosión y la degradación del hábitat. De este modo se garantiza que el páramo pueda regenerarse de forma natural, sin interferencias humanas. Si practica senderismo con una empresa local, rara vez (o nunca) se perderá. Conocen a fondo el sistema de senderos, por lo que no tendrás que seguir tu propio camino ni pisotear la frágil vegetación.
Practicar "No dejar rastro"
Garantizar que no quede rastro de nuestra presencia después de una visita es un valor fundamental que compartimos con la comunidad colombiana. La eliminación adecuada de los residuos, incluidos los restos de comida, los envases y la basura, evita la contaminación y mantiene la pureza del ecosistema. Cuando hacíamos senderismo con Páramo Trek, nuestros guías eran diligentes a la hora de recoger la basura o los restos de comida que encontraban por el camino (y sí, esto incluía cáscaras, huesos y corazones de fruta. No deben estar en el páramo).
Compras sostenibles
Cuando adquiera recuerdos o artículos, dé prioridad a los productos producidos de forma sostenible y que contribuyan a la economía local. Esto fomenta las prácticas empresariales responsables y apoya el patrimonio cultural de la zona.
Desafortunadamente, Salento está lleno de negocios "ilegales" que cobran mucho menos por un tour en las montañas en comparación con un negocio legal y con licencia. Los negocios "ilegales" quitan terreno a los que están ahí para promover un turismo seguro, sostenible y ético, prácticas que en última instancia repercuten en el páramo.
Recomiendo encarecidamente investigar antes de elegir una empresa con la que hacer senderismo. Los dólares extra valen la pena, ¡créeme!
Un camino hacia adelante: Exploración sostenible y conservación cultural
Como turistas y excursionistas, tenemos una increíble responsabilidad a la hora de viajar de forma ética y sostenible. Nuestras acciones repercuten en el futuro del ecosistema del páramo y de la comunidad colombiana. Apoyando a las empresas locales, respetando los principios de "no dejar rastro" y practicando el senderismo de forma responsable, desempeñamos un pequeño papel en la protección de este delicado ecosistema. Apoyar a las empresas locales de senderismo fomenta el desarrollo sostenible, alienta los comportamientos responsables y preserva la auténtica esencia de la región.
Cada elección que hacemos, desde los senderos que pisamos hasta los negocios que frecuentamos, repercute en el páramo y sus comunidades.
Cuando caminamos por el ecosistema de páramo de Colombia, debemos recordar que nuestras decisiones tienen un eco que va mucho más allá del sendero: tienen un eco en las vidas de los lugareños y en los paisajes que llaman hogar, garantizando la supervivencia de este frágil pero magnífico entorno para las generaciones venideras.
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