Atención a la prevención
Evite las enfermedades transmitidas por garrapatas esta primavera tomando algunas medidas premeditadas.
En 2012, Brenda Valentine necesitó más de 20 años y varios viajes en ambulancia para recibir un diagnóstico preciso de la enfermedad que amenazaba su vida. Los ataques aparentemente aleatorios de anafilaxia, una reacción alérgica grave, provocaban una caída vertiginosa de su presión arterial, que a veces la dejaba inconsciente en menos de dos minutos.
La reacción suele ser una respuesta inmunitaria rápida a algo a lo que la persona es alérgica, como los cacahuetes, las picaduras de abeja, el marisco y algunos medicamentos. Además de disminuir la tensión arterial, las víctimas suelen tener problemas para respirar, ya que se estrechan las vías respiratorias. En algunos casos aparecen erupciones cutáneas o náuseas.
Las personas propensas a este tipo de reacciones suelen tener cerca un "EpiPen". Estos bolígrafos inyectan epinefrina. La anafilaxia puede ser rápidamente mortal.
"Al principio, tuve una erupción cutánea grave, picores, dificultades respiratorias y malestar intestinal", cuenta Valentine. "Esto evolucionó a una anafilaxia total con reanimación cardiopulmonar, inyecciones de epinefrina y asustando a cualquiera que estuviera cerca.
"Me trataron por intoxicación alimentaria o me dijeron que era mi vesícula biliar", cuenta Valentine. "Finalmente, tras exhaustivas pruebas internas me enviaron a un especialista en alergias que hizo el diagnóstico". Valentine sufría una enfermedad transmitida por garrapatas, y no sólo una. A lo largo de los años, las garrapatas le habían proporcionado dosis variadas de sufrimiento. El alergólogo determinó que padecía ehrlichiosis y fiebre maculosa de las Montañas Rocosas.
Continúe leyendo el artículo completo escrito por Ken Perrotte aquí.
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